viernes, 12 de agosto de 2016

El aprendizaje basado en proyectos

Hace año y medio que tomamos la decisión de no escolarizar a nuestro hijo, y aunque con cierto miedo e incertidumbre creo que ha sido un total acierto. Es verdad que no es un camino fácil y para realizarlo hemos tenido que investigar, leer y formarnos bastante. Pero uno de los aprendizajes más grandes es sin duda vivenciar todos los días las ganas innatas que tienen los niños por aprender, esa necesidad imperante que tienen por conocer y entender el mundo que los rodea; esa cualidad inherente al ser humano que en muchos casos con el paso del tiempo se olvida.

Partiendo de allí en este último año y medio, apoyada en pedagogías como la Montessori, la escuela activa y últimamente el aprendizaje por proyectos (ABP) o preguntas problematizadoras, he corroborado que los niñas y niñas son autónomos y quieren ser protagonistas de su proceso de aprendizaje.  Como mamá, profesional y persona creo que la elección de un enfoque pedagógico va de la mano de la filosofía de vida que cada uno tenga, de hecho la pedagogía Montessori trasciende el hecho educativo y se convierte en una Filosofía para entender al ser humano. Pero también creo que un modelo no excluye a otro y por eso en casa hemos integrando mucho de Montessori con el aprendizaje por proyectos.

He de decir que este último ha sido toda una experiencia en sí al lograr integrar alrededor de una pregunta problematizadora diversas áreas del conocimiento. El aprendizaje basado en proyectos nos ha permitido proponer actividades interdisciplinarias de largo plazo y centradas en los intereses de nuestro hijo.

Algunas de las muchas bondades de este enfoque son:
  1. -   Fomenta el trabajo cooperativo.
  2. -    Acerca a los niños a los procedimientos científicos al tener que enfrentarse a una pregunta problema.
  3. -  Permite dividir el problema general (categoría) en pequeños problemas (subcategorías) que los llevará a darle respuesta a la pregunta.
  4. -   Los lleva a proponer y desarrollar modelos innovadores de aprendizaje que logren potenciar las capacidades de autoaprendizaje.
  5. -    Estimula el crecimiento emocional, intelectual y personal.
  6. -   Los niños y niñas aprenden diferentes técnicas para la solución de problemas.
  7. -    El proceso de elaborar un proyecto estimula a los estudiantes a experimentar, realizar aprendizaje basado en descubrimientos, aprender de sus errores y enfrentar y superar retos difíciles e inesperados.

Desde esta visión, nuestro papel como padres o docente no es el de transmisores del conocimiento, si no el de facilitadores, ofreciendo a los niños y niñas los recursos o la asesoría a medida que realizan sus investigaciones; para ello es necesario unos momentos de aprendizaje donde se socialice los avances realizados, se propongan nuevos interrogantes y se comenten los sentires en torno a la investigación.


Aunque parezca algo utópico o complejo, es totalmente realizable y esperanzador, pues con estas herramientas los niños y niñas son sujetos que aprenden y crean, capaces de indagar y encontrarle solución a una problemática. No es algo imposible, pero si requiere que como adultos reconozcamos el papel del niño o niña en su proceso de aprendizaje y creamos que ellos tienen una sed enorme por aprender, simplemente necesitan que confiemos en sus capacidades. 

Nosotros en este momento llevamos un mes trabajando al rededor de este problema ¿Te imaginas si no existiera la electricidad? y ha sido una experiencia asombrosa. 

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