viernes, 17 de julio de 2015

Los niños esos grandes filósofos

Para nadie es un secreto que los niños y niñas constantemente viven pensando y analizando todo lo que ocurre a su alrededor, de allí que mas o menos a partir de los dos años empiecen con la famosa etapa del ¿Por qué? ¿Qué es eso? , sin duda alguna el mundo en su totalidad se presenta como un espacio rico que necesitan conocer.

Por eso como padres asistimos a innumerables listas de porqué, donde nuestros niños nos bombardean esperando obtener la deseada respuesta, el bus, el cielo, la hormiga, la piedra, todo es un objeto de conocimiento que ellos están ansiosos por explorar; el niño toca, siente, observa, huele e incluso saborea con el objetivo de descubrir lo que la realidad le presenta y poder darle un sentido.

Como adultos estamos inmersos en dinámicas laborales y personales que ocupan todo nuestro tiempo, por eso al finalizar el día lo único que se quiere es un momento para descansar, en nuestras rutinas diarias no nos tomamos el tiempo de CONTEMPLAR y apreciar los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor, olvidamos esas cualidades innatas que tenemos al nacer y que nos hacen tan especiales. Los niños no son como nosotros, ellos con toda una vida por delante y todas las ganas de vivirla, tienen una cualidad innata ( yo me atrevería a decir que es la chispa que origina la búsqueda de conocimiento) EL ASOMBRO.

Este aspecto es el impulso que los lleva a sentir, contemplar, observar y analizar todo lo que se presenta a su alrededor; para ellos todo es un pequeño milagro que merece su debida celebración, todo lo que ocurre es la oportunidad perfecta para cuestionarnos y tratar de descubrir cómo, porqué, para qué o dónde ocurren esas cosas. Como madre y amante de la educación creo que hacia allí deberían orientarse la educación y la crianza, más hacia el asombro, el descubrimiento y menos hacia la memorización automática.

Si el mundo en todo su esplendor es un ambiente pedagógico rico en experiencias y situaciones ¿Por qué no aprovecharlo? Estoy segura que los niños y niñas no lo desaprovecharán. Lo que para nosotros aveces son preguntas sin sentido, para ellos esconden todo un trasfondo filosófico aunque sin la formalidad de la teoría; cuestiones como la vida, el amor, la naturaleza... entre otras muchas cosas, se presentan ante nosotros desde otro punto de vista, desde una visión sin filtros y totalmente sincera.

El llamado para nosotros los padres, abuelos, tíos, profesores y demás personas que estamos en el otro lado, "el mundo de los grandes" es que recuperemos esa capacidad de asombro, que reconectemos con nuestro niño interior para de este modo estar conectados con nuestros hijos. Cada suceso que ocurre a nuestro alrededor es único, todo el mundo es un gran milagro, asombremonos pues de poder estar otro día en esta tierra y apreciar todo lo que ella nos ofrece. Despojemonos de vanidades, preocupaciones y distracciones superficiales, y volvamos al asombro como esencia última de la que han partido las grandes civilizaciones para entender el mundo, recobremos todo esto pero eso sí, de la mano de nuestros niños que son nuestros grandes maestros. 

Los dejo con algunas de las tantas preguntas con las que Mateo me ha confrontado a lo largo de estos 5 años y que revelan el carácter indagador y filosófico de sus palabras.

Los árboles son como Jesús .... (¿Por qué?) ... Porque Jesús murió para salvarnos, y los árboles se tragan el humo para darnos oxigeno"

Los niños molestamos, no nos comemos la comida, no obedecemos, las niñas tampoco obedecen ni se comen la comida.... ¿entonces ustedes porque no tuvieron una planta?

¿Qué es una pancarta? Son panes con cartas

¿Qué es el amor? El amor es alegría … darse un beso, un abrazo


Y entonces… las personas que están en el cielo,.. comen nubes?

En efecto son grandes preguntas que en su momento han generado alegría y desconcierto a partes iguales, pero que revelan la riqueza del pensamiento de los niños. 

¿Y sus peques con que grandes preguntas los han sorprendido?


Feliz fin de semana