jueves, 23 de enero de 2020

Entre mitos y verdades: Algunas aclaraciones sobre escuela en casa





El 7 de Enero en un artículo de la revista semana, el experto en educación Julián de Zubiría opinaba acerca del homeschool o escuela en casa, sus palabras fueron las siguientes:  "Son evidentes las restricciones que un medio como el hogar genera en el léxico, la flexibilidad, la originalidad o la reelaboración de las ideas. Los niños formados en hogares pequeños y relativamente cerrados, suelen tener dificultades en sus interacciones y presentan lentitud en su desarrollo cognitivo y emocional" (Artículo ¿Por qué los padres del niño que descrestó a André Rieu prefieren que estudie en casa?, Revista Semana. Recuperado de: https://www.semana.com/educacion/articulo/por-que-los-padres-del-nino-que-descresto-a-andre-rieu-prefieren-que-estudie-en-casa/647341?fbclid=iwar1gr25becfjiuyqadbzahgak7wgrp89nojc-9sci8ddab-tsmvvw_7srwk)

Esta opinión deja en evidencia un paradigma adulto-céntrico y quizá prejuicioso menos valorando a las familias como si la crianza y el aprendizaje fueran dos cosas distintas; en la casa se cría pero en el colegio se aprende a sumar, restar y toda esa cantidad de temas planteados en el currículo que les dice a los estudiantes cuándo, dónde y cómo aprender.

No obstante, ambos procesos están interrelacionados; el aprendizaje no es algo exclusivo de la escuela; de hecho, desde la gestación los bebés están desarrollando habilidades; al nacer, todo su entorno (madre, padre, familia y el mundo en su inmensidad) se convierten en su laboratorio, y poco a poco van superando hitos del desarrollo (sostener la cabeza, sentarse, caminar, hablar). De este modo, así como adquieren el control de su cuerpo, van adquiriendo el control del mundo, de manera natural y espontánea. 


La pregunta aquí sería ¿Por qué si en esos primeros años el niño o la niña crecen y absorben el mundo casi que, sin intervención del adulto, sino guiados por una fuerza interior, luego con el paso del tiempo creemos que esos mismos niños y niñas si necesitan nuestra intervención para aprender? ¿Tan poco confiamos en ellos? ¿Si el objetivo de la educación es que los niños y niñas aprendan y desarrollen sus habilidades innatas, porqué desviamos la reflexión y la práctica de ellos?.

El ejercicio de la crianza y la educación sin duda alguna deberían ser reflexionados a partir de interrogantes como ¿Qué tipo de persona quiero ayudar a construir? Y ¿A qué tipo de sociedad le apuesto yo?, preguntas claves si se tiene en cuenta que esos niños y niñas a los cuales acompañamos en 15 años serán los jóvenes y adultos que vivirán en sociedad.

Desde hace 7 años realizamos escuela en casa con nuestro hijo Mateo, cuando éste estaba pequeño nos planteamos las preguntas anteriormente mencionadas y al formular las respuestas nos dimos cuenta que el sistema educativo o al menos las opciones que había en nuestra localidad se alejaban mucho de lo que considerábamos una opción acorde a sus necesidades y sus tiempos, por ello hoy Mateo tiene 10 años y nunca ha ido a la escuela, quienes lo conocen pueden dar cuenta de sus múltiples talentos y potencialidades, las mismas que todos los niños y niñas tienen, pero que a veces olvidan por darle respuesta a las expectativas que les vamos asignando, sin embargo él las ha podido fortalecer en la medida en que ha sido respetado, escuchado y acompañado desde la confianza y el amor.

No voy a decir que esta es la única opción, que esto es lo mejor; ni siquiera me atrevería a sugerírselo a nadie, esta es simplemente nuestra opción como familia, pues todos aprendemos cada día de todos; es verdad que hay tantos tipos de homeschool como familias que lo practican; pero para nosotros educar en casa va más allá de aprender un contenido, es nuestra respuesta a un mundo que cada día es más líquido, más superfluo; un mundo donde todavía los niños y niñas son minimizados.

Esto no es una lucha entre lo que es mejor o peor, esto va más allá de estándares, logros o competencias; tomar la decisión de APRENDER en el mundo no es en contra de algo (escuelas, docentes), sino a favor de algo, a favor de la infancia y sus tiempos pausados, de su capacidad de asombro, de esas ansias innatas que tienen por descubrir y aprender, a favor de la sociedad misma que está necesitada de personas empáticas, compasivas, que pongan al servicio de la humanidad sus talentos y aprendizajes.

En lo expuesto en el artículo de la revista semana, también se aprecia cierta ambigüedad al afirmar que los niños homeschoolers presentan lentitud en su desarrollo cognitivo y emocional; sería oportuno conocer las investigaciones que sustentan dicha aseveración, ¿Cuántas familias vinculadas a escuela en casa se estudiaron para obtener dicha conclusión? ¿Cómo se midió el desarrollo cognitivo y emocional de los niños y niñas homeschoolers? ¿Se realizó un estudio comparativo con una muestra de estudiantes escolarizados que permitiera contrastar el ritmo de desarrollo?

El hecho de estar a un lado o al otro del escenario educativo no nos convierte en opuestos, entendemos la educación como una herramienta de transformación social, por el hecho de educar diferente no se debería señalar por desconocimiento; En la actualidad, a lo largo del mundo existen cantidad de experiencias educativos que están construyendo y reflexionando la educación desde otros lugares, soñando y proponiendo un mundo donde los estudiantes (niños, niñas, adolescentes, jóvenes, adultos) puedan aprender libremente, desde la igualdad, el respeto y la confianza en que cada ser existente tiene un misión y las capacidades inherentes para llevarla a cabo.

En efecto, cuando se educa, se contribuye a un tipo de sociedad pues se está acompañando y nutriendo a los futuros ciudadanos que construirán (o destruirán) con sus ideas y acciones el mundo; en últimas estamos apostándole a la creación de una nueva ciudadanía. Teniendo en cuenta esto la familia se convierte en un lugar casi que sagrado, espacio de encuentro donde esos seres que nacen van aprendiendo a ser y estar , a cumplir su misión en el mundo, a ser felices.