martes, 25 de agosto de 2015

El tiempo pasa


Ayer mi pequeñín se dió cuenta que tenía un diente flojo, para él fue la noticia más emocionante que pudo recibir, esa era la señal de que estaba creciendo y ya era grande. Para mí supuso un llamado de atención que me llevó a reflexionar ¿En qué momento pasó todo esto? ¿Cuando pasaron 6 años?.

El tiempo pasa y no da espera, si hace nada recuerdo sus movimientos dentro de mi vientre o su mirada de tranquilidad mientras lo amamantaba tiernamente, y ahora ya es todo un hombrecito que cambia de dentadura. Puede parecer un exageración, pero eso hizo que me sentara a pensar y analizar que como adultos estamos tan sumidos en nuestras dinámicas y preocupaciones que no nos damos cuenta que los días pasan y en ocasiones dedicamos nuestro tiempo y esfuerzos a cosas que no son tan importantes, dejando de lado las que deberían ser nuestras prioridades.

La vida pasa como un río caudaloso que corre buscando el mar, así vamos nosotros por el mundo corriendo, buscando y esperando siempre algo mejor, sin darnos cuenta que eso mejor, esa alegría , está cada día a nuestro lado, en los pequeños detalles de la cotidianidad. Poco a poco nuestro bebé se va convirtiendo en un niño diferente de nosotros y me alegra saber que en todos este tiempo hemos estado ahí, aprendiendo, soñando, viviendo y amando. 

Cuantas enseñanzas nos dejan nuestros hijos, debemos recobrar la inocencia de los niños y ver el mundo desde sus ojos, apreciar cada detalle, cada momento como el milagro que es. Y es que eso es la vida una cadena de sucesos extraordinarios que se presentan ante nosotros; aprovechemos cada segundo, cada minuto que la vida nos regala y sobre todo aprovechemoslos a ellos con su energía, su carácter, su inocencia y su bondad.  

Que no se nos pase la vida en banalidades sin sentido, solo tenemos una vida y tenemos que amarla.


Feliz semana