viernes, 1 de mayo de 2020

Razón con Corazón


De qué le sirve a un niño saber situar Colombia en un mapa si no sabe como describir lo que siente su corazón? Esta pregunta nos lleva a plantearnos una reflexión muy necesaria en este tiempo de cuarentena porque parece que el sistema educativo está más preocupado por logros, temáticas y competencias que por el desarrollo armónico e integral de los niños y niñas que hacen parte de él.

Estamos en un momento de incertidumbre, en un momento de cambio, ahora más que nunca se hace necesario una educación holística que integre la mente y el corazón de los estudiantes, pues aprender a resolver talleres, llenar fichas o presentar exámenes lo pueden realizar en otro momento, los niños y niñas no se van a quedar en un limbo del conocimiento, ellos avanzarán y aprenderán lo que otros han estipulado que deban aprender y seguramente dentro de 10 años ya lo habrán olvidado; sin embargo el conocerse a sí mismo, escuchar su interior y reconocer sus emociones son habilidades que los acompañarán de por vida.

Imagina que aparece un hada madrina y te concede tres regalos para darle a los niños y niñas que acompañas..... piensa unos minutos.... que se te viene a la mente... seguramente pocos pensamos en cosas materiales como dinero o bienes, en cambio casi siempre deseamos que sean felices, responsables, empáticos o otras muchas cualidades que le servirán para la vida, sin embargo muchas veces olvidamos que estos principios no aparecen de la noche a la mañana sino que se deben cultivar en las diferentes situaciones que experimentamos en la vida. 

Ya lo hablaba Daniel Goleman en su libro inteligencia emocional, es totalmente necesario que las familias empecemos a generar espacios donde los niños, niñas y sus acompañantes aprendamos estrategias para gestionar nuestras emociones partiendo desde el respeto y la humildad, a veces pareciera que existe un tabú en torno a este tema, como adultos lo pasamos por alto (seguramente porque en nuestra infancia no tuvimos un espacio donde desarrollar estas habilidades) pero debemos ir más allá y cambiar el chip.

Se habla mucho de paz, creyendo que se refiere a la ausencia de guerra, sin embargo este concepto yo lo definiría como un espacio de bienestar necesario para poder vivir, por tanto no es algo externo a mí, la paz debe nacer de mi interior; como acompañantes de la infancia nuestra tarea es descubrir en nosotras mismas un lugar de bienestar para lograr un acompañamiento educativo más consciente y por ello el fortalecer habilidades socioemocionales a largo plazo es una opción acertada.


Fortaleciendo habilidades socioecomocionales en familia

A continuación expondré  tres espacios de encuentro que se pueden habilitar en las familias para aprender conjuntamente estas habilidades, no obstante más allá de actividades puntuales es necesario cambiar el foco con el cual estamos entendiendo y relacionándonos con la infancia, de nada sirve construir una rueda de la opciones si no voy a tener en cuenta la opinión de los niños, de nada sirve imprimir un poster sobre las emociones si minimizo sus manifestaciones de disgusto por ejemplo. La clave está en HUMILDAD y RESPETO, humildad para reconocer que somos humanos y cometemos errores y respeto para aceptar que todos tenemos dignidad y unas necesidades que deben ser escuchadas.

1) Rincón de la calma o de la paz

Es importante tener en la casa un espacio destinado para calmarnos (tanto los niños como los adultos), un espacio donde tomar distancia de la situación problema e integrar nuestro cerebro, no se trata de reprimir nuestras emociones, sino de tomar distancia, reconocer la emoción y gestionarla de forma respetuosa para todos.

Para ello este rincón puede tener objetos que sean representativos para todos, tal vez un instrumento, fotos de momentos agradables, un libro, una vela, una imagen con diferentes emociones, un peluche, entre otros muchas que nos permitan calmarnos. En casa la experiencia ha sido muy bonita pues al ser construido entre todos pudimos apropiarnos del espacio, con el nacimiento de Benjamín el ambiente cambió un poco y ahora podríamos decir que todo el salón es un gran rincón de la calma con sus diferentes ambientes como el rincón de música, la zona de lectura y la de juego desestructurado, ahora cuando alguno está alteraro puede recurrir a alguno de estos lugares mientras transita la emoción.

2) Rueda de las opciones

Esta rueda es una herramienta propia de la disciplina positiva la cual resulta muy colaborativa para trabajar con los niños y niñas pues son ellos mismos quienes aportan ideas para la solución pacífica de los distintos conflictos que se puedan presentar. Es un círculo que se divide en diferentes porciones como una pizza, dentro de cada una se escriben las opciones que se utilizarán para solucionar un conflicto que se presenta, ya sea una pelea, la hora de ordenar o las tareas escolares; el utilizar esta herramienta nos permite anticiparnos a la situación y darle opciones concertadas a los niños y niñas para que decidan cómo actuarán ante una situación determinada.

3) Libros y más libros

La literatura siempre será una aliada para aprender no solo conocimientos y léxico, sino también para abordar situaciones cotidianas de manera didáctica, hace un tiempo reseñaba algunos libros que podrían servirnos para abordar el tema de las emociones con los niños y niñas ( https://latribuaprendiendoyviviendo.blogspot.com/2016/09/5-libros-para-trabajar-las-emociones.html). Lograr reconocer nuestras emociones es el primer paso para poder gestionarlas, identificar cómo se siente nuestro cuerpo ante determinado sentimiento, qué hacemos cuando nos sentimos así... todo esto lo podemos profundizar y ejemplificar por medio de los libros.




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