Hace año y medio que
tomamos la decisión de no escolarizar a nuestro hijo, y aunque con cierto miedo
e incertidumbre creo que ha sido un total acierto. Es verdad que no es un
camino fácil y para realizarlo hemos tenido que investigar, leer y formarnos
bastante. Pero uno de los aprendizajes más grandes es sin duda vivenciar todos
los días las ganas innatas que tienen los niños por aprender, esa necesidad
imperante que tienen por conocer y entender el mundo que los rodea; esa
cualidad inherente al ser humano que en muchos casos con el paso del tiempo se
olvida.
Partiendo de allí en este
último año y medio, apoyada en pedagogías como la Montessori, la escuela activa
y últimamente el aprendizaje por proyectos (ABP) o preguntas problematizadoras,
he corroborado que los niñas y niñas son autónomos y quieren ser protagonistas
de su proceso de aprendizaje. Como mamá,
profesional y persona creo que la elección de un enfoque pedagógico va de la
mano de la filosofía de vida que cada uno tenga, de hecho la pedagogía
Montessori trasciende el hecho educativo y se convierte en una Filosofía para
entender al ser humano. Pero también creo que un modelo no excluye a otro y por
eso en casa hemos integrando mucho de Montessori con el aprendizaje por
proyectos.
He de decir que este
último ha sido toda una experiencia en sí al lograr integrar alrededor de una
pregunta problematizadora diversas áreas del conocimiento. El aprendizaje
basado en proyectos nos ha permitido proponer actividades interdisciplinarias
de largo plazo y centradas en los intereses de nuestro hijo.
Algunas de las muchas bondades
de este enfoque son:
- - Fomenta el trabajo cooperativo.
- - Acerca a los niños a los procedimientos científicos al tener que enfrentarse a una pregunta problema.
- - Permite dividir el problema general (categoría) en pequeños problemas (subcategorías) que los llevará a darle respuesta a la pregunta.
- - Los lleva a proponer y desarrollar modelos innovadores de aprendizaje que logren potenciar las capacidades de autoaprendizaje.
- - Estimula el crecimiento emocional, intelectual y personal.
- - Los niños y niñas aprenden diferentes técnicas para la solución de problemas.
- - El proceso de elaborar un proyecto estimula a los estudiantes a experimentar, realizar aprendizaje basado en descubrimientos, aprender de sus errores y enfrentar y superar retos difíciles e inesperados.
Desde esta visión, nuestro
papel como padres o docente no es el de transmisores del conocimiento, si no el
de facilitadores, ofreciendo a los niños y niñas los recursos o la asesoría a
medida que realizan sus investigaciones; para ello es necesario unos momentos
de aprendizaje donde se socialice los avances realizados, se propongan nuevos
interrogantes y se comenten los sentires en torno a la investigación.
Aunque parezca algo
utópico o complejo, es totalmente realizable y esperanzador, pues con estas
herramientas los niños y niñas son sujetos que aprenden y crean, capaces de
indagar y encontrarle solución a una problemática. No es algo imposible, pero
si requiere que como adultos reconozcamos el papel del niño o niña en su
proceso de aprendizaje y creamos que ellos tienen una sed enorme por aprender,
simplemente necesitan que confiemos en sus capacidades.
Nosotros en este momento llevamos un mes trabajando al rededor de este problema ¿Te imaginas si no existiera la electricidad? y ha sido una experiencia asombrosa.
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