Hace unas semanas Mateo me permitió leer algunas páginas de un texto que lleva todo este año escribiendo; un escrito al que le ha dedicado horas y horas de sus días y por el cual algunas noches no quiere acostarse a dormir.
Y es que aunque en casa siempre hemos amado la lectura y los libros están en nuestra cotidianidad como uno más de la familia, en los últimos tiempos Mateo ha empezado a sentir la curiosidad por escribir y las palabras fluyen por sus dedos rápidamente teclean mil ideas. Al ojear las primeras páginas solo pude sentir admiración (por él); y no podía dejar de pensar ¿En qué momento escribió todo esto? ¿Cómo lo hizo? ¿Qué lo inspiró a hacerlo? ¿Qué sentía?
Escribir como todas las artes es un proceso creativo donde el artista imagina y/o recrea en su mente su obra para luego transferirla al papel en el caso de la escritura; es un proceso que se cuece a fuego lento, donde se ven implicado múltiples habilidades y conocimientos. Cuando conversaba con Mateo acerca del libro me daba cuenta de todo lo que tuvo que leer, consultar para plasmar esas ideas, porque no se trata de escribir un cuento o una historia sin más; para poder escribir las 78 páginas que lleva escritas ha tenido que poner en juego diferentes disciplinas del conocimiento que le pudieran servir para plasmar su historia.
Esto reafirma mi idea de que el aprendizaje se da en la vida misma y que cada experiencia aunque tenga un objetivo directo tiene múltiples aprendizajes que se dan de forma sutil, camuflada casi que invisible. Para escribir ese libro Mateo tuvo que aprender de ortografía, gramática, léxico, estilos literarios, autores, geografía, mitología griega, cultura general; algunas de estas cosas ya las sabía pero tuvo que recordarlas, otras en cambio no y se vio en la necesidad de aprenderlas y seguramente ya no las olvidará.
Al preguntarle ¿Qué siente cuando escribe? su respuesta me recordó a Albert Einstein "Mamá yo solo siento que en mi cabeza hay muchas palabras que quieren salir y cuando comienzo a escribir salen sin más"..... LA CREATIVIDAD ES LA INTELIGENCIA DIVIRTIENDOSE, y puedo asegurar sin temor a equivocarme que Mateo se ha divertido muchísimo. Que importante y necesario es que los niños y niñas tengan los tiempos y espacios para conocerse, explorar sus pasiones y poder divertirse creando.
Esto es aprender en el mundo, esto es vivir sin escuela, esto es simplemente VIVIR.