viernes, 23 de diciembre de 2022

¿Se puede crecer sin ir a la escuela?




Un año ha durado esta reflexión viajando en una libreta, un año en que las ideas estaban, las palabras hablaban pero el tiempo no alcanzó para plasmarlas por que la vida es eso que pasa mientras hacemos planes. Así que aquí un año después sigo pensando qué y cómo responder a aquellos que me preguntan si realmente ¿Se puede vivir sin ir a la escuela? 

Y es que los fines de año traen consigno la terminación del año escolar: graduaciones, boletines, buenas notas (o no),  años ganados, pero también debería traer la reflexión en torno a ¿Cómo estamos acompañando a los niños, niñas y adolescentes de nuestras vidas? ¿Conocemos realmente cuáles son sus necesidades genuinas?. La educación va más allá de repetir una información en un papel, de sacar 5 o izar bandera. 

Si partimos del hecho  de que el objetivo de la educación y la crianza debería ser acompañar con confianza y amor a esos seres humanos en formación, reconociendo sus necesidades, sus periodos sensibles y así mismo co-creando el ambiente preparado físico (diseño del espacio, materiales de aprendizaje) y psíquico ( paz, presencia, respeto) propicio para que crezcan; el aprendizaje y la educación se pueden dar en cualquier momento y en cualquier lugar siempre que hayan el ambiente adecuado.

La escuela como institución social es solo una opción dentro del mar de posibilidades que existen para acompañar el proceso de vida de los niños y niñas; Esta decisión de vida no es una decisión en contra de algo como lo manifiesta André Stern en su libro "Yo nunca fui a la escuela" es más bien una decisión a favor de la infancia, sus tiempos y procesos; es una decisión que se reafirma diariamente al ver como la vida surge firme con cada experiencia vivida, porque los niños, niñas y adolescentes merecen un lugar en esta sociedad, merecen ser vistos no para ser controlados, reprimidos y homogenizados; sino un lugar seguro donde crecer y aprender a ser ellos mismos. 

Pero no nos engañemos, no ha sido un camino perfecto ni fácil ¿Pero qué lo es en esta vida?, para poder acompañar a Mateo y Benjamín todos hemos tenidos que de-construir muchos paradigmas que teníamos anquilosados en lo profundo del alma, re-encontrarnos con nosotros mismos, frustrarnos, equivocarnos y buscar soluciones, muchas soluciones, pero siempre con la vista puesta en nuestro horizonte. 

En resumen y para dar respuesta a la pregunta que encabeza este escrito, si se puede crecer sin ir a la escuela, de hecho hoy en día cada vez hay más familias tomando esta opción de vida; un adolescente de 12 años y un niño de 4 años que nunca han ido a la escuela están creciendo y aprendiendo en cada experiencia y situación que les presenta la vida. Y aunque suene muy idílico es verdad que los seres humanos SIEMPRE estamos aprendiendo, eso lo he visto muy claro con ellos y en la mayoría de ocasiones mi rol solo es el de encender esa llama de la curiosidad y el asombro y ellos ya hacen lo demás, porque un niño o niña que está conectado con esa sed por aprender, nunca lo dejará de hacer.

Ya son 9 años en este caminar y puedo decir que aunque hay retos, cada vez se vuelve más fácil, más fluido y tan natural como respirar porque no se trata de llenar el día de miles de actividades, imprimibles e información, así como tampoco se trata de dejarlos abandonados en el caos que puede ser a veces la libertad. Por eso a continuación compartimos algunos de los aprendizajes más valiosos para acompañar a Mateo y Benjamín, y a todos los niños y niñas que nos rodean: 

  • La mano es la herramienta de la inteligencia (María Montessori): Cuando los seres humanos pasamos a la bipedestación nuestra manos quedaron libres lo cual nos llevó a desarrollar múltiples objetos, herramientas, expresiones artísticas cambiando por completo nuestro cerebro e incluso nuestra historia como especie. Así que el uso de las manos para un fin concreto (cocinar, tejer, pintar, construir, esculpir, entre otras muchas actividades) permiten no solos una mayor destreza motriz sino también el desarrollo del cerebro. 
  • El movimiento es fundamental para el aprendizaje: Lo único inerte en la naturaleza es lo que está muerto, así que los niños y niñas necesitan moverse, subir, trepar, escalar, tocar, sentir, solo de esa manera se relacionan con el mundo y aprender a estar en él. El reto de los adultos que los acompañamos es conducir el movimiento desordenado en un movimiento armónico y con propósito. 
  • El error siempre será una oportunidad para aprender: No nos preocupa no equivocarnos ni ser perfectos, porque aprendimos a reconocer la oportunidad que hay detrás de cada fallo, en lugar de buscar culpables buscamos soluciones, lo cual siempre al final nos permite aprender mucho más. 
  • Es imposible separar el corazón de la mente: Humberto Maturana dice que somos seres sentipensantes, por tanto para que se produzca un aprendizaje real está implicada la emoción. 
  • Para poder obedecer un mandato externo, los niños y niñas deben haber tenido primero la oportunidad de escucharse y obedecerse a sí mismo, sus ritmos y necesidades. Y solo así llegará al punto de obedecer  feliz y de  manera voluntaria una norma externa.
  • Los niños y niñas necesitan adultos PRESENTES, no perfectos: si algo he aprendido como adulta que acompaña en estos años es que en medio de la montaña de tareas por hacer, actividades y los sucesos imprevistos, la presencia siempre será la clave, y cuando hablo de presencia no me refiero a estar juntos en un espacio físico, sino a estar aquí y ahora por ti y para tí. Muchas ideas y aprendizajes que hemos tenido en estos años se han dado mientras caminamos por la naturaleza, conversamos en la mañana o compartimos una lectura en voz alta.
  • Priorizo conexión a información, ya no me preocupa que tengan almacenada un montón de información o respondan un montón de preguntas, me interesa que nos preguntemos, dudemos y soñemos. Pero sobre todo que fortalezcamos nuestro vínculo, construir sus alas para que vuelen a la vez que tejemos una raíces fuertes por si la vida se presenta turbulenta y necesitan un lugar seguro donde volver. 
Porque crecer sin ir a la escuela no es solo una opción académica, es nuestra decisión de vida.... donde aprender era algo tan maravilloso como jugar a estar vivos. 



miércoles, 24 de noviembre de 2021

El escritor (Más aprendizajes invisibles)

 


Hace unas semanas Mateo me permitió leer algunas páginas de un texto que lleva todo este año escribiendo; un escrito al que le ha dedicado horas y horas de sus días y por el cual algunas noches no quiere acostarse a dormir. 

Y es que aunque en casa siempre hemos amado la lectura y los libros están en nuestra cotidianidad como uno más de la familia, en los últimos tiempos Mateo ha empezado a sentir la curiosidad por escribir y las palabras fluyen por sus dedos rápidamente teclean mil ideas. Al ojear las primeras páginas solo pude sentir admiración (por él); y no podía dejar de pensar ¿En qué momento escribió todo esto? ¿Cómo lo hizo? ¿Qué lo inspiró a hacerlo? ¿Qué sentía? 

Escribir como todas las artes es un proceso creativo donde el artista imagina y/o recrea en su mente su obra para luego transferirla al papel en el caso de la escritura; es un proceso que se cuece a fuego lento, donde se ven implicado múltiples habilidades y conocimientos.  Cuando conversaba con Mateo acerca del libro me daba cuenta de todo lo que tuvo que leer, consultar para plasmar esas ideas, porque no se trata de escribir un cuento o una historia sin más; para poder escribir las 78 páginas que lleva escritas ha tenido que poner en juego diferentes disciplinas del conocimiento que le pudieran servir para plasmar su historia. 

Esto reafirma mi idea de que el aprendizaje se da en la vida misma y que cada experiencia aunque tenga un objetivo directo tiene múltiples aprendizajes que se dan de forma sutil, camuflada casi que invisible. Para escribir ese libro Mateo tuvo que aprender de ortografía, gramática, léxico, estilos literarios, autores, geografía, mitología griega, cultura general; algunas de estas cosas ya las sabía pero tuvo que recordarlas, otras en cambio no y se vio en la necesidad de aprenderlas y seguramente ya no las olvidará. 

Al preguntarle ¿Qué siente cuando escribe? su respuesta me recordó a Albert Einstein "Mamá yo solo siento que en mi cabeza hay muchas palabras que quieren salir y cuando comienzo a escribir salen sin más"..... LA CREATIVIDAD ES LA INTELIGENCIA DIVIRTIENDOSE, y puedo asegurar sin temor a equivocarme que Mateo se ha divertido muchísimo. Que importante y necesario es que los niños y niñas tengan los tiempos y espacios para conocerse, explorar sus pasiones y poder divertirse creando. 

Esto es aprender en el mundo, esto es vivir sin escuela, esto es simplemente VIVIR. 

¿Estimular o acompañar?






Desde el nacimiento de Benjamín me he dado cuenta de que el ritmo vertiginoso que seguimos los adultos en nuestra vida se lo queremos transmitir a los niños y niñas. En sus tres años de vida hemos tenido que tolerar preguntas inoportunas como ¿Todavía no camina? ¿Ya dejó el pañal? ¿aún no hace esto o aquello? 

De verdad tenemos tanto afán porque aprendan a hacer infinidad de cosas ¿Por qué? o mejor dicho ¿Para qué? Para satisfacer nuestro ego como si de trofeos se tratara? Este año pude formarme como co-Guía Montessori y una de las herramientas más hermosas y valiosas del método es la observación, ver al niño o niña en su esencia con todas sus potencialidades y necesidades para poder así acompañarlo y brindarle las herramientas necesarias para que crezca a su ritmo, con sus particularidades. 

Las dinámicas actuales nos venden que a los niños y niñas hay que estimularlos, desde que nacen existe toda una oleada de mercadotécnica preparada para vender el artículo de turno para que aprenda a caminar, los números en inglés, colores, luces, música..... mil actividades para hacer con los niños.... es difícil no caer en esa dinámica, pues todo nos hace pensar que si no realizamos todas esas actividades nuestros hijos se quedarán atrás. 



Después de 3 años tratando de seguir al niño, de observarlo y tratar de que cuente con un ambiente preparado físico y psíquico para que pueda florecer, me doy cuenta que es mucho más sencillo que todo lo que nos dicen, que la naturaleza es nuestro mejor espacio de juego donde encontrar todas las texturas, olores, sabores, que si hay presencia cualquier conversación o caminata es una excusa para aprender y que los niños y niñas (en realidad todos los seres humanos) necesitan muchooo movimiento ( aunque esto es otros aspecto del cual próximamente escribiré) pues es a través de él que se construye el cerebro.  

Y así de repente un día logrará hacer aquello que quiera no porque otro se lo imponga, sino porque su cuerpo, corazón y mente están preparados para ello. Cuando los adultos confiamos y dejamos el miedo y ganas de controlar, pueden suceder cosas asombrosas. 

En la primera foto, él quería sacar a pasear a sus personajes de rin rin renacuajo en los carros pero obviamente se caía, tenía un problema, después de observar a su alrededor, vio la plastilina así que intentó e intentó hasta que la idea funcionó. Todo esto lo hizo solo, en silencio, durante un largo tiempo... yo solo podía observarlo y pensar en todas las cosas que podían estar sucediendo en esa cabecita y en todas las cosas que puede llegar a lograr sin la intervención a veces inoportuna del adulto. 




viernes, 26 de junio de 2020

Domesticados o empoderados



Para Claudio Naranjo los niños y niñas nacen libres pero al crecer son domesticados por el miedo, esta afirmación podría parecer un tanto radical, sin embargo tiene un trasfondo 100% real que se puede apreciar día a día en la forma como muchas familias, centros educativos y sociedad en general se relaciona con la infancia; a corto plazo muchas personas podrán argumentar que son medidas que sirven para cambiar algún comportamiento que consideran "inadecuado", pero a largo plazo el producto de esto es una masa de personas dependientes de los llamados condicionamientos. 

Desde mi punto de vista, el comportamiento de muchos en esta pandemia deja en evidencia los vacíos de una educación (crianza-escuela) basados en el miedo y el condicionamiento (premios y castigos), el cual en lugar de contribuir a construir seres solidarios que cooperen con la sociedad y quieran contribuir a un bienestar social, crean individuos que no ven más allá de sus sentires y que actúan en últimas por evitar una sanción (grito, castigo, multa) u obtener un beneficio (premio, halago). Evidentemente todas las personas no actúan así (gracias a Dios) pero en estos meses de aprender a vivir con la incertibumbre, se puso en evidencia que una gran mayoría de manera inconsciente están sumergidos en esa espiral de control sin consciencia y sin duda alguno producto de infancias cargadas de episodios donde el control y el miedo estuvieron presentes. 

En el libro los diálogos de Platón un hombre se le acerca y le pregunta que si una persona justa se podía hacer invisible y podría robar, hacer lo que quisiera e incluso matar seguiría siendo justa? ante esto Platón contesta que en ese caso no sería un hombre justo, porque nuestra bondad o justicia no debe depender de la validación externa. Hoy me animé a escribir estas palabras puede llegó  a mis manos un video de la iniciativa del gobierno nacional acerca de unas caritas felices y tristes según el comportamiento de las personas en el aislamiento preventivo, más allá de la burla y los memes, esta propuesta confirma esta hipótesis y demuestra que a distintos niveles el conductismo sigue anquilosado en la mente y el corazón de las personas como una herramienta valida para conseguir individuos obedientes. 

Y la obediencia es otra arista de esta reflexión, pues los mecanismos conductistas lo que buscan es un control de la mente y el cuerpo para que la persona haga lo que se le ordene, desconectandolo muchas veces de sus necesidades e ideas por ello las personas necesitan de esos condicionamientos para cambiar su comportamiento, en caso de que éstos no existan actuarán de otra manera... en este punto muchos se preguntarán entonces ¿Qué se debe hacer? ¿Llegar al extremo de la anarquía? ¿Libertinaje? ¿Cómo conseguir que los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos en general cooperemos y actuemos en pro de un beneficio social?. 

Pues buen, todo parte desde la infancia, los niños y niñas tienen la necesidad de contribuir, de sentir que sus acciones pueden ayudar al bienestar colectivo, según Adler de desarrollar un sentimiento de responsabilidad social, sin embargo las experiencias que muchos de nosotros vivimos en la infancia nos han llevado a configurar nuestro comportamiento en dos direcciones: dependiendo de la validación externa (refuerzo positivo) o huyendo del castigo (grito, chantaje, golpe) por eso al llegar a la edad adulta nos resulta tan difícil actuar de manera responsable, siendo conscientes de nuestras decisiones, acciones y sus posibles consecuencias. 

La alternativa sería entonces inicialmente que los adultos de referencia que acompañamos la infancia seamos conscientes primero de esta necesidad espiritual de la infancia, de ese impulso vital que los lleva a buscar su sentido de pertenencia y contribución, para de este modo generar experiencias de vida que logran desarrollar su sentimiento de responsabilidad social.  Empoderar a los niños y niñas y las familias, escuelas para a partir del respeto y la cooperación mutua puedan darse cuenta que sus acciones y decisiones tienen unas consecuencias no solo en su vida sino también en su comunidad. 

Aunque parezca utópico, es algo totalmente realizable, pero requiere de constancia, perseverancia y de una actitud de respeto hacia esas personas que se están formando, cada situación que experimentamos en nuestro día a día es una oportunidad para desarrollar estos dos sentimientos, desde la psicología individual y la disciplina positiva se proponen diversas herramientas que nos permiten ayudar el desarrollo de estas habilidades, dar opciones en lugar de órdenes, construir de manera conjunta acuerdos para convivir en paz, asignarle misiones a los niños que los haga sentir capaces, entre otras muchas más. 

Rueda en casa, basado en una idea de Yvonne laborda

Cabe resaltar que más allá de aplicar un montón de técnicas o actividades, se requiere un  cambio de paradigma para relacionarnos con la infancia y todas las personas, aunque parezca complejo vale la pena pues más que actuar para lo inmediato, estamos ayudando a construir el cerebro y a aprehender habilidades para la vida que los acompañarán siempre.

¿Queremos personas que actúen guiados por un estímulo externo de opresión o recompensa o sujetos que sean conscientes que sus acciones pueden contribuir a los demás? 

sábado, 16 de mayo de 2020

Actividades de psicosensoriomotricidad en casa

Los niños y las niñas durante sus primeros años de vida están aprendiendo a vivir en el mundo, son exploradores por naturaleza y presentan asombro ante todos los fenómenos que ocurren a su alrededor. Sin embargo, tiene una tarea muy importante que cumplir primero y es el control de su cuerpo pues este es el vehículo con el cual conocerán el mundo. 

Cuando un bebé nace está indefenso y totalmente dependiente de sus adultos de referencia, poco a poco en la medida que controla sus movimientos, va ganando firmeza hasta que logra sentarse, gatear y mantenerse erguido; para poder llegar a cada uno de estos acontecimientos su cuerpo y mente en silencio estuvieron trabajando incansablemente. Una vez que el infante logra caminar se despliega ante él un sin numero de probabilidades para explorar, tocar, oler, sentir, pues los sentidos son una extensión del cerebro, por tanto cada experiencia lo nutre de tal forma que irá construyendo las conexiones neuronales necesarias para su desarrollo integral. 

De aquí en adelante y hasta los 6-7 años aproximadamente, los niños y niñas irán adquiriendo habilidades y destrezas que les permitirán ser autónomos, apropiarse de su cuerpo y movimientos y así sentir que pertenecen y puedan aportar al lugar donde vive; por ello nuestra labor como acompañantes es la de velar porque las situaciones que experimentan cada día sean diversas y significativas para poder así fortalecer todas esas destrezas que están dentro de sí, ojo no se trata de comprar un montón de material, no se trata de llenar al infante con un montón de actividades por cumplir, se trata de seguir a los niños y observar ¿Qué le llama la atención? ¿últimamente juega mucho con agua? ¿Coge los rollos de papel higiénico y arma torres? ¿Empareja los zapatos? Esas pequeñas acciones nos darán pistas para lograr identificar cual es la necesidad que tienen y poder así proponer experiencias acorde a sus gustos. 

A continuación detallo algunas actividades que se pueden realizar con niños y niñas a partir del 1 1/2 o 2 años, aunque esto depende del interés del infante, la mayoría de propuestas están realizadas con objetos de la cotidianidad o que fácilmente podemos conseguir:


Discriminación visual

Cuando nacen los niños y niñas difícilmente perciben sombras y progresivamente van ganando con su vista por ello estas actividades de discriminación visual permiten que entrenen la vista identificando patrones a las par que a nivel cerebral van estableciendo conjuntos de objetos que son similares. ¿Que necesitamos? Cajas de cartón, temperas, imágenes de objetos reales y los objetos. 

Para esto simplemente necesitamos objetos que sean iguales y permiten realizar la correspondencia ya sea de color, de forma. En la primera imagen la discriminación se da por color pues el infante debe ubicar el cubo en su color correspondiente.  

La segunda imagen permite discriminar según la forma del objeto, pues los niños y niñas deben  unir las dos partes de la imagen y armar un todo con ellas, el proceso de emparejar es muy divertido al comprobar todas las combinaciones posibles. 

La tercera propuesta permite emparejar un objeto real con la tarjeta que lo representa, esta dinámica permite miles de extensiones pues las tarjetas se pueden realizar según el interés del niño o niña, animales de la granja, frutas, verduras, partes del cuerpo, en fin de cual tema que le interese al infante y que podamos tener su equivalente. Esta actividad es importante para el desarrollo del lenguaje, aprendizaje de nuevas palabras y la creación de asociaciones. 



Vida práctica

Estas actividades introducen al niño o niña en la dinámica propia de cada familia, tienen que ver con la cultura y las costumbres que se dan al interior de cada casa, por ello pueden variar de una familia a otra. Estas actividades tienen beneficios a nivel psicomotriz pues permiten el control de los movimientos, del cuerpo y de la voluntad; también permiten que los infantes se sientan útiles dentro de su familia reforzando su autoestima y seguridad, además de estimular los sentidos con texturas, olores y sabores presentes en los hogares, sin olvidar el desarrollo de habilidades socioemocionales como esperar, dar gracias, por favor, aprender a manejar las emociones si algo no sale bien, entre otras. Por esta razón actividades como barrer, trapear, limpiar una mesa, cuidar de otro ser vivo (planta o animal), regar las plantas, tender la ropa, botar la basura, poner y quitar la mesa, son ricas en vivencias para el aprendizaje de los niños y niñas.


Martillear , ensartar, pescar

María Montessori dice sabiamente que la mano es la herramienta de la inteligencia, con ella todas las civilizaciones han construido a lo largo de los años su cultura, por ello no es de extrañar que los niños y niñas por medio de ella descubran el mundo. Una vez que logran dominar la posición erguida sus manos quedan libres para explorar de allí que sientan la necesidad de golpear, rasgar, pegar. Ese impulso vital es el que debemos canalizar para que logren satisfacer su necesidad sin perjudicar a los demás o a sí mismo, por ello las actividades que podemos hacer están orientadas a que los niños y niñas dominen su mano y cada vez sus gestos sean más exactos y pulidos. 

En este punto las propuestas son infinitas casi como la imaginación del adulto acompañante, el criterio principal es que respete el interés del infante y aisle una dificultad. 

Estas tres actividades integran el componente sensorial con la coordinación oculo-manual. ¿Qué necesitamos? cartón de huevos, cajitas o recipientes de plástico, hojas secas, papelillo. 

En la primera imagen el objetivo es con el martillo aplastar las cáscaras de huevo. En la segunda un pequeña bandeja sensorial donde con ayuda de un pincel deben encontrar la imagen escondida, luego la utilizaron libremente para esconder animales y jugar. 

En la tercera un pequeño collage con hojas recogidas del jardín, las rasgamos y pegamos en esa hoja echa con cinta transparente. 


Estas otras tres actividades mezclan nuevamente el componente sensorial con la coordinación de la mano y el ojo.  ¿Qué necesitamos? Botellas pláticas, canicas, elementos naturales, una bañera, agua , objetos que transportar y un colador. 

La primera imagen permite que los niños  y niñas introduzcan objetos en las botellas y así pueden discriminar si son grandes o pequeños, trasvasar con una cuchara y tratar de enroscar la tapa. 




 La segunda es una bandeja sensorial con elementos naturales para apreciar los diferentes tonos, diferentes texturas, olores y temperaturas, se pueden crear collages o dejar libremente que los infantes experimenten y creen. 


La última imagen es un juego de pesca para días calurosos, permite coordinar el movimiento y trasladar estos objetos pescados hacia otros lugares, si queremos extender la actividad podemos invitar a coger las fichas de un color determinado, introducir el conteo 1, 2 , 3 , incluso la dicotomia

seco mojado.




Cocinar


La Cocina debería incluirse en la sesión de vida práctica, sin embargo es una actividad tan completa que merece tener un capítulo aparte.  Honestamente con Mateo mi hijo mayor la experiencia en la cocina no ha sido tan fluida pues no solía manifestar interés por cocinar, sin embargo Benjamín seguramente por la dinámica actual de la familia está involucrado con organizar las verduras, las frutas cuando se traen y últimamente por cocinar, las fotos hablan por sí misma, la capacidad de concentración, de estar centrado en ese momento es impresionante. 

Además al cocinar están en juego todos los sentidos el tacto (lavando las 
papas), el olfato (oliendo el ajo, la cebolla), el gusto (probando una que otra cosa), la coordinación oculo-manual al intentar coordinar su mano ya sea para cortar, lavar o revolver. 

¿Que necesitamos? Kilos y kilos de paciencia porque lo que hacíamos en medio hora se nos demorará el doble pero el resultado vale la pena, además poco a poco irán ganando autonomía, confianza en sí mismos y ganas de cooperar, estoy segura que si queremos tener adolescentes que cooperen en su casa y contribuyan estos primeros años son la base para ello. 




Estas son algunas actividades que podemos realizar con los niños y niñas en casa en estos días de cuarentena que no implican utilizar o comprar mucho material y recuerden que más allá de activismos nuestros hijos e hijas necesitan nuestra presencia real y amorosa más que cualquier otra cosa. 

Espero que les sirva de inspiración y ejemplo estas propuestas, que las disfruten y se gocen observando como esas manitos regordetas poco a poco cogen agilidad y pulen sus gestos. 

viernes, 1 de mayo de 2020

Razón con Corazón


De qué le sirve a un niño saber situar Colombia en un mapa si no sabe como describir lo que siente su corazón? Esta pregunta nos lleva a plantearnos una reflexión muy necesaria en este tiempo de cuarentena porque parece que el sistema educativo está más preocupado por logros, temáticas y competencias que por el desarrollo armónico e integral de los niños y niñas que hacen parte de él.

Estamos en un momento de incertidumbre, en un momento de cambio, ahora más que nunca se hace necesario una educación holística que integre la mente y el corazón de los estudiantes, pues aprender a resolver talleres, llenar fichas o presentar exámenes lo pueden realizar en otro momento, los niños y niñas no se van a quedar en un limbo del conocimiento, ellos avanzarán y aprenderán lo que otros han estipulado que deban aprender y seguramente dentro de 10 años ya lo habrán olvidado; sin embargo el conocerse a sí mismo, escuchar su interior y reconocer sus emociones son habilidades que los acompañarán de por vida.

Imagina que aparece un hada madrina y te concede tres regalos para darle a los niños y niñas que acompañas..... piensa unos minutos.... que se te viene a la mente... seguramente pocos pensamos en cosas materiales como dinero o bienes, en cambio casi siempre deseamos que sean felices, responsables, empáticos o otras muchas cualidades que le servirán para la vida, sin embargo muchas veces olvidamos que estos principios no aparecen de la noche a la mañana sino que se deben cultivar en las diferentes situaciones que experimentamos en la vida. 

Ya lo hablaba Daniel Goleman en su libro inteligencia emocional, es totalmente necesario que las familias empecemos a generar espacios donde los niños, niñas y sus acompañantes aprendamos estrategias para gestionar nuestras emociones partiendo desde el respeto y la humildad, a veces pareciera que existe un tabú en torno a este tema, como adultos lo pasamos por alto (seguramente porque en nuestra infancia no tuvimos un espacio donde desarrollar estas habilidades) pero debemos ir más allá y cambiar el chip.

Se habla mucho de paz, creyendo que se refiere a la ausencia de guerra, sin embargo este concepto yo lo definiría como un espacio de bienestar necesario para poder vivir, por tanto no es algo externo a mí, la paz debe nacer de mi interior; como acompañantes de la infancia nuestra tarea es descubrir en nosotras mismas un lugar de bienestar para lograr un acompañamiento educativo más consciente y por ello el fortalecer habilidades socioemocionales a largo plazo es una opción acertada.


Fortaleciendo habilidades socioecomocionales en familia

A continuación expondré  tres espacios de encuentro que se pueden habilitar en las familias para aprender conjuntamente estas habilidades, no obstante más allá de actividades puntuales es necesario cambiar el foco con el cual estamos entendiendo y relacionándonos con la infancia, de nada sirve construir una rueda de la opciones si no voy a tener en cuenta la opinión de los niños, de nada sirve imprimir un poster sobre las emociones si minimizo sus manifestaciones de disgusto por ejemplo. La clave está en HUMILDAD y RESPETO, humildad para reconocer que somos humanos y cometemos errores y respeto para aceptar que todos tenemos dignidad y unas necesidades que deben ser escuchadas.

1) Rincón de la calma o de la paz

Es importante tener en la casa un espacio destinado para calmarnos (tanto los niños como los adultos), un espacio donde tomar distancia de la situación problema e integrar nuestro cerebro, no se trata de reprimir nuestras emociones, sino de tomar distancia, reconocer la emoción y gestionarla de forma respetuosa para todos.

Para ello este rincón puede tener objetos que sean representativos para todos, tal vez un instrumento, fotos de momentos agradables, un libro, una vela, una imagen con diferentes emociones, un peluche, entre otros muchas que nos permitan calmarnos. En casa la experiencia ha sido muy bonita pues al ser construido entre todos pudimos apropiarnos del espacio, con el nacimiento de Benjamín el ambiente cambió un poco y ahora podríamos decir que todo el salón es un gran rincón de la calma con sus diferentes ambientes como el rincón de música, la zona de lectura y la de juego desestructurado, ahora cuando alguno está alteraro puede recurrir a alguno de estos lugares mientras transita la emoción.

2) Rueda de las opciones

Esta rueda es una herramienta propia de la disciplina positiva la cual resulta muy colaborativa para trabajar con los niños y niñas pues son ellos mismos quienes aportan ideas para la solución pacífica de los distintos conflictos que se puedan presentar. Es un círculo que se divide en diferentes porciones como una pizza, dentro de cada una se escriben las opciones que se utilizarán para solucionar un conflicto que se presenta, ya sea una pelea, la hora de ordenar o las tareas escolares; el utilizar esta herramienta nos permite anticiparnos a la situación y darle opciones concertadas a los niños y niñas para que decidan cómo actuarán ante una situación determinada.

3) Libros y más libros

La literatura siempre será una aliada para aprender no solo conocimientos y léxico, sino también para abordar situaciones cotidianas de manera didáctica, hace un tiempo reseñaba algunos libros que podrían servirnos para abordar el tema de las emociones con los niños y niñas ( https://latribuaprendiendoyviviendo.blogspot.com/2016/09/5-libros-para-trabajar-las-emociones.html). Lograr reconocer nuestras emociones es el primer paso para poder gestionarlas, identificar cómo se siente nuestro cuerpo ante determinado sentimiento, qué hacemos cuando nos sentimos así... todo esto lo podemos profundizar y ejemplificar por medio de los libros.




miércoles, 22 de abril de 2020

La importancia del ambiente preparado

En estos días de confinamiento muchas madres y padres de familia están asumiendo el reto de tener a sus hijos en casa las 24 horas del día, con el agravante de no poder salir a parques o espacios públicos. Bajo este panorama es natural que surjan conflictos o situaciones tensionantes, si son niños muy pequeños podrían surjir comportamientos disruptivos que los lleve a dañar cosas, quitar, pelear, morder... o si son más grandes pueden estar mas susceptibles e irritables. 

No cabe duda que esta situación está poniendo en evidencia muchas cosas, pero una muy importante es que el mundo tal como está planteado difícilmente tiene en cuenta las necesidades de los niños y niñas; las casas son un ejemplo de ello o acaso no es común ver a los adultos corriendo todo el día detrás del niño de 2 años que coge la cerámica, trepa las mesas y hasta le mueve los botones al televisor, todas estas acciones son naturales en este periodo pues los niños en sus primeros exploran el mundo a partir de sus sentidos por ello necesitan un espacio seguro donde poder satisfacer estas necesidades y aquí es donde entra en juego el ambiente preparado. 

Este ambiente preparado debe ser físico pero también psiquico, pues todos los seres humanos tenemos necesidades materiales (comida, vestido, protección, seguridad) y espirituales (arte, literatura, sentido de pertenencia, contribución, trascendencia), por tanto este espacio de interacción y aprendizaje debe nutrir cada una de estas necesidades. 


El ambiente físico debe ser un espacio cuidado donde los niños puedan acceder a su material sin depender de un adulto, un espacio a su altura donde de manera ordenada encuentren diversas propuestas que le permitirán nutrir los periodos sensibles que presentan en ese momento, este espacio les permitirá desarrollar su autonomía al poder decidir en que actividad centrar su interés, responsabilidad para cuidar el material, sentido del orden y ubicación porque cada cosa tiene un lugar y así se deberá mantener, entre otras muchas cualidades. Por su parte el ambiente psíquico tiene que ver con el acompañamiento emocional que realicen los adultos a su alrededor y que les permite desarrollar percepciones como soy capaz, soy importante, yo puedo. Tiene que ver con el componente espiritual y emocional de los niños y niñas. 

Teniendo en cuenta esto, es necesario que en los hogares exista un ambiente preparado para la infancia a fin de sentirse incluidos y valiosos dentro de su pequeña comunidad; por experiencia propia puedo decir que este espacio (físico y mental) da paz y tranquilidad a los niños (y los adultos también) pues les permite escucharse a sí mismo centrando su atención en lo que realmente les interesa, respetando a los demás miembros de la familia pues ya han encontrado su lugar dentro de la misma.